NUESTROS ESCRITORES
Una sonrisa (Federico Cavallo)
Una sonrisa y una ceja que se desliza traviesamente hacia arriba en un gesto tan particular. Labios color carmesí que terminan de decorar el retrato de la mujer con la mirada más profunda que jamás haya visto. Esos nervios al
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Un tal pan (del barrio obrero ‘nunca jamás’), de Alejandro Pesaresi
Lo primero que abandonan los hombres al madurar son los sueños y las alas con las que intentaban su sueño alcanzar. Y un día solo me vi jugando a ser Peter Pan, enfrentando bucaneros en el barrio obrero de Nunca
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Rama negra (Carlos Enrique Urquía)
Las lanchas llevan todavía pegado el turismo del domingo. Son insectos flotantes los huesos de la mecánica sus hebillas. Con los dos cuerpos y una sola carne sembramos la memoria. Una biología velocísima nos teje con su chispa. La
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Almendras, nueces y lo demás (por Paula Taborda)
Una vez mi mamá me regaló una nuez que encontró tirada bajo un nogal, en una isla del Delta. Me dijo que su tamaño le hizo acordar a mis ojos, grandes y redondos. A mi no me gustan las nueces,
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La Sonrisa del Cielo (Jorge Carlos Barberini)
Permanecemos sentados uno junto a otro En medio de esta extensa llanura, Sin mirarnos, sin hablarnos, Observando con creciente atención. La silenciosa aparición de La Sonrisa del Cielo. Ella se eleva, apenas oscila, Entre mares de estrellas que la rodean,
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Cuidados especiales (Esteban Valentino)
Hay veces que pasan cosas raras. Pero vienen solas y no llaman mucho la atención. Pasan y listo. Sanseacabó. Chaupinela. Pero también hay veces que pasan muchas cosas raras juntas. Entonces se hace más difícil mirar para otro lado y
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Una guerra civil ¿es necesaria? (Carmen Espadas)
A Huk le despertó ese tremendo chorro de luz, cegadora, irritante e insistente de todos los días durante los últimos 100 días… En ese diminuto recinto con barrotes oxidados , sabía que el infierno del despertar había vuelto… Se removió
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Soneto a los naranjos de la calle Sarmiento (de Heriberto L. Pérez)
Dispersando su esencia como a mares cuya espuma el viento sacudiera, ya llegó, preanunciando primavera, el perfume sútil de los azahares. En Sarmiento se lucen en la acera los naranjos añosos, familiares, con sus ramas crispadas, singulares y flores de
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Soy un tizón (María Esther Martín)
La hoguera era enorme. Gran cantidad de leños se amontonaban en robusta pirámide, vigorosos y plenos. La hoguera era enorme. Su calor encendía los rostros e iluminaba la escena disipando las tinieblas. Las llamas, abundantes, vivas y luminosas se elevaban
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El cimarrón (José Beccar Varela)
Acá me puede ver patrón, habitando en los pajales como hacían los baguales destrozando el corralón, ya me le hice cimarrón alEstao y sus chacales. No me prienden los milicos en arroyos y embalsaos, como dos enamoraos andamos el monte
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