Hospital Cordero: así no se puede seguir

by Sabrina Garcia | 29 junio, 2017 12:01 am

Sabrina[1]


Por Sabrina García

A todos nos toca vivir situaciones no deseadas. Ayer me tocó despedir a un ser querido. Me dijeron que fuera al hospital porque se encontraba allí.

Llegué y supuse que el lugar era la guardia pero me encontró una valla y todo tabicado. Al costado, una puerta abierta y dos ventanillas de atención tapadas con cartón. Miré a ambos y no encontré a nadie. El lugar parecía abandonado, la suciedad del piso y las paredes daban cuenta de paso del tiempo sin que fueran tocados por una escoba o un poco de agua. Se abría a ambos laterales dos pasillos, en los cuales había gente esperando, mirando detenidamente una puerta como esperando que se abra; otros, en cambio, caminaban con gesto de dolor.

Otra puerta conducía al parque. El estacionamiento repleto de autos, el pasillo sucio, tierra, pasto alto. Miré al edificio y los últimos pisos tenían las ventanas tapadas con chapas. Escuché a lo lejos un quejido. Era la voz de un hombre que gritaba ‘señora’, como pidiendo auxilio. Venía de adentro pero era difícil saber de dónde. Los postigones, algunos deteriorados, no permitían ver hacia adentro.

El escenario era desolador. Hasta ese momento no encontré personal de seguridad, médico, enfermero o algún administrativo a quién consultarle hacia dónde ir.

Pasé por el área de nutrición. Un camión de alimentos abandona el estacionamiento. Un camillero a lo lejos lucha con una camilla. Ingreso por la parte posterior del edificio. Pared, puerta, pared, puerta, ascensor, pasillo, gente. Los carteles indicaban que eran consultorios de atención médica específica pero los pacientes que allí esperaban, parados, sin lugar dónde ubicarse, parecían esperar ser atendidos por la guardia.

El piso de cerámica cubierto por polvo ya pegado por el paso del tiempo. Los carteles que apenas cuelgan, un sinfín de cartelitos hechos por computadora casi despegados por la cinta adhesiva indican precariamente que hacia allá está la guardia pedíatrica.

Caminé hacia la flecha. Un pasillo, al fondo oncología. Miro hacia un lado y a otro y no veo a nadie para consultar. Los chicos lloran. Una mujer me dice que espera que la única pediatra lo atienda, su hijo está llorando desde hace una hora. Otros llegan y preguntan por la guardia. Es allí, tras la puerta.

La puerta cerrada, con un gran cartel que anuncia que  es la guardia pediátrica y también indica No Pasar! No hay ventanilla donde consultar. Esperan allí, sentados, todos respetar la orden: nadie ingresa. El pasillo vidriado y sucio alberga a nenes recién nacido, otros un poco más grandes, lloran, expresan dolor. El sociólogo Javier Auyero sabe bien de eso. En su libro Pacientes del Estado, relata con extremo detalle las largas horas a las que están sometidos aquellos que su vulnerabilidad los obliga a esperar y a ser atendidos allí, en el hospital, porque no tienen una obra social o un pediatra de cabecera y saben que deben someterse a esas reglas: si hay que esperar, se espera; si el cartel dice no ingresar, no ingresan.

El panorama es desolador. Pienso en los meses, quizás años que esos pasillos no son higienizados correctamente. Pienso en el dolor de esos chicos, el de sus madres que desesperadas no pueden hacer otra cosa. Están como atrapadas en ese circuito salvaje que le propone el Estado. Saco una foto, el piso sucio, las paredes descascaradas, los vidrios pegoteados por carteles que ya no están, los pequeños pacientes al fondo y tuiteo: “En el Hospital Cordero, además de la mugre, hay un solo pediatra para atender las urgencias”.

El Hospital Petrona V. de Cordero es un nosocomio provincial, ubicado en San Fernando. Desde hace más de un año que distintas organizaciones sindicales vinculadas a los trabajadores de la salud reclaman puntualmente por el servicio de pediatría. Hace unas semanas comenzaron las obras de refacción de la guardia, sin previo aviso, lo que obligó a reacomodar de manera provisoria e improvisada a los pacientes de guardia. Los resultados están a la vista y los padecen los pacientes. Pacientes del Estado.

(*) Sabrina García. Periodista. Directora del portal www.sanfernandonuestro.com.ar. En Twitter @garciasabri

Endnotes:
  1. [Image]: https://www.sanfernandonuestro.com.ar/wp/wp-content/uploads/2017/06/IMG_20170620_171137-e1498689215313.jpg

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