OPINIÓN
Internet de las cosas: la infidelidad de Fede Bal y la historia del lavarropas
Por Sabrina García
Navegando en Twitter me cruzo con la noticia de que a Fede Bal le detectaron las infidelidades porque ponía a lavar las sábanas que supuestamente había usado para tener sexo a las 3 de la mañana. Para quienes solemos programar el lavarropas a altas horas de la madrugada así la mañana nos encuentra tendiendo las prendas, no es algo que sorprenda pero sí lo fue para su novia ya que recibía la información directo en su celular por medio de la App del electrodoméstico.
Sorpresa para mí es saber que el lavarropas tiene una App. Mi poca paciencia para estas cosas me llevó a usar el lavarropas sin leer el manual y es por eso que sólo me limito a usar dos programas: el rápido y el largo.
Según la página del gobierno nacional, Internet de las Cosas, en inglés Internet of Things (IoT), es la “posibilidad de interconexión y transmisión de datos entre objetos cotidianos e internet”. Y, entre los diferentes dispositivos u objetos que pueden disponer de esta tecnología se encuentran las computadoras y celulares, heladeras, juguetes, automóviles, lavarropas, sensores, cafeteras, cámaras, calefacción, casas inteligentes, iluminación, asistentes inteligentes, dispositivos para adultos.
Es claro que a Fede Ball la App le jugó una mala pasada pero, ¿es seguro tener dispositivos “inteligentes”? La primera respuesta es no tanto: estos objetos están conectados a internet y, por lo tanto, la información está en la nube. ¿Qué quiero decir con esto? Que alguien más, además de Fede y su novia, tiene acceso a datos de tu hogar.
Uno puede programar encender la calefacción siempre a la misma hora para que la casa esté templada para cuando uno regrese al hogar. Bueno, ese dato de cuáles son tus horarios y cuando la vivienda está vacía es conocida por alguien más que no sos vos.
La información que circula comprende: nombres de usuario y contraseñas, dispositivos conectados, datos que permitan hacer un seguimiento de las costumbres y horarios de los integrantes de la familia, tarjetas de crédito, las comunicaciones realizadas, imágenes y videos. Todos los objetos conectados a internet recolectan datos que pueden ser enviados a diferentes servidores de todo el mundo.
“Los objetos parecen inteligentes aunque en realidad están obedeciendo un programa o software que les permite realizar acciones en base a los datos recolectados: encender luces, riego de plantas, una cafetera, etc.”, explican desde la página del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. Y agregan: “Tienen los mismos riesgos que cualquier otro dispositivo conectado a internet. Si los ciberdelincuentes encuentran vulnerabilidades en alguno de los dispositivos conectados pueden acceder en forma remota a su red y de esa forma robar datos e información personal”.
Esto me hizo pensar en el libro La era del capitalismo de la vigilancia, de Shoshana Zuboff, en el que se profundiza sobres estas cuestiones. La autora cuenta que en el 2018 el mercado mundial de “hogares inteligentes” ascendía a 36 mil millones de dólares y se calcula que para este año, 2023, llegue a 151 mil millones. Y añade que una parte de estos “datos de comportamiento” es utilizada para el funcionamiento del servicio deseado y otra es un excedente que suele ser vendido y comprado para un “mercado de futuros conductuales”. Es decir, utilizar esa información para un nuevo consumo.
Parece difícil pero es mucho más simple. Es como cuando pusiste en el buscador “ventilador” y al instante ingresás a tus redes sociales y te “llueven” comerciales de las distintas empresas que producen ese electrodoméstico. No es casualidad, es algoritmo. Bueno, Internet de las Cosas apunta a eso, por un lado, y la posibilidad de ser vulnerado por algún ciberdelincuente.
No es interés de esta columna generar pánico en el lector. Sí alertar sobre estas cuestiones y aportar elementos que tiendan a proteger nuestros datos personales. Dejamos las recomendaciones del Ministerio de de Justicia y Derechos Humanos:
Antes de conectar objetos a la red wifi hogareña…
- Leé los términos y condiciones del dispositivo para conocer qué tratamiento van a darle a tus datos personales. Verificá las configuraciones de seguridad y decidí qué datos vas a compartir.
- Protegé con una contraseña segura tu red wifi privada.
- Actualizá la seguridad de tu router wifi.
- Mantené actualizado el software de los objetos conectados a internet en el hogar ya que las actualizaciones incorporan mejoras en la seguridad y privacidad.
- Si los objetos tienen la posibilidad de generar usuario y contraseña, creá contraseñas seguras.