José Beccar Varela, biografía de un escritor isleño

by Sabrina Garcia | 6 octubre, 2014 12:03 am

Nació en los bajos de San Isidro, muy cerquita del río, apenas a dos cuadras, como él mismo lo dice. Tal vez ese sea el motivo por el cual uno ve en José Beccar Varela a un isleño más, por esa casualidad geográfica que lo vio nacer.


¿Cómo empezó tu relación con el Delta?

Hace años que vivo en la isla, pero la verdad es que mi relación con el río es muy estrecha desde que nací. Estar en la orilla del Río de la Plata fue algo que mamé de chico. Tan cerca estaba del río, que a veces cuando soplaba el sudeste se le daba por entrar a lo de mis viejos como un metro veinte de altura adentro de la casa.

¿Dónde estudiaste?

Estudié también ahí, y de grande pasé por una escuela de periodismo, siempre con esto de escribir en la cabeza. Pero lo que más estudié es carpintería, trabajando con otros constructores isleños aprendí todo lo que sé. Espero que esos maestros ocasionales que tuve no se defrauden con mis trabajos.

¿Cómo está conformada tu familia?

Mis padres, yo y tres hermanos varones. Mariana, mi eterna compañera de aventuras, que nos conocemos de chicos, del barrio donde crecimos, y tengo dos isleñitos varones.

¿Cuál fue el primer libro que leíste por elección y te marcó?

No sé si fue el primero que leí, pero siempre me acuerdo de “Don Segundo Sombra”, de Güiraldes. Yo iba mucho al campo, a Madariaga, donde tengo familia, y me identificaba absolutamente con el jovencito aprendiz de don Segundo en las cosas camperas. Ese libro me marcó mucho. Para mí esos gauchos que yo veía en el campo eran mis ídolos y yo quería ser como ellos, aprender a domar, a trabajar la hacienda, a carnear un cordero, vestirme, cocinar, hablar como ellos. Siempre los recuerdo, el olor a un caballo sudado después del trabajo debe ser una de las cosas más inolvidables para el que lo conozca. Cada vez que lo vuelvo a sentir es como una máquina del tiempo que me lleva de nuevo a esos años.

¿Tenes un autor como referente?

La verdad que no tengo un solo autor que me deslumbre. Soy un lector de cosas muy variadas, y depende cada momento, leo una cosa u otra. Leo mucho filosofía, cuestiones de diferentes religiones o corrientes espirituales, historia, política, esas cosas. No soy muy literario como lector, y poesía casi no leo. La poesía siempre me ha entrado a través de la música, con las letras: Yupanqui, José Larralde, Aníbal Sampayo, Linares Cardozo, todos autores criollazos y populares. Autores de los otros temas que te mencionaba, he pasado mucho, muchísimo por Nietzsche, Lao Tse, Chuang Tzu, también por acá más cerquita, por Juan José Hernández Arregui, Arturo Jauretche, Sarmiento, no sé, sería imposible hablar de un solo escritor. Cada uno me ha enseñado algo diferente, para cada momento de mi vida.

¿Cómo se gana la vida José Beccar Varela?

No me gusta mucho etiquetarme, pero hago varias cosas. En general hago trabajos de carpintería, si salen, pero he hecho de todo: pintura, plomería, movimientos de tierra, guía de turismo, cortar pasto, fletes, de todo un poco, como es acá en la isla. También dedico mucho tiempo a escribir, y sobre todo al Boletín Isleño, un trabajo que requiere mucha dedicación y responsabilidad.

A la hora de leer un diario y creer en lo que lees ¿Cuál elegís?

Como periodista he aprendido que es imposible, si uno quisiera acceder a algo parecido a “la verdad”, quedarse con un solo diario, o radio, o canal de tv. Sobre todo, en este momento actual del periodismo nacional, donde las aguas están tan divididas, donde el verdadero sentido del periodismo libre se ha perdido en casi todos lados, sobre todo en lo local, creo que el ciudadano tiene el deber de buscar en varias fuentes, incluso opuestas, para luego poder sacar sus propias conclusiones de lo que está pasando. Hoy el consumidor de noticias debe ser un sujeto activo, no pasivo, si no quiere terminar dopado. Si a uno le interesa la cuestión, debe, está casi obligado a buscar por todos lados. No puede quedarse como la antigua “doña Rosa”, que decía “tal cosa es verdad, lo dijo Clarín, o lo dijo la Nación, o lo dijo Neustad”, hay que sacarse la modorra y tratar de pensar por uno mismo con las herramientas que estén al alcance de la mano.

¿Qué significa Boletín Isleño en tu vida?

El Boletín Isleño es uno de los proyectos que más satisfacciones me ha dado. Es un gran desafío, y un verdadero placer hacerlo. Con Fernando Uzal, mi compañero de andanzas boletineras, hemos asumido esta tarea con absoluto profesionalismo, seriedad y responsabilidad. Creo que la aceptación que tiene, y la identificación de muchos isleños con este periódico, es una de las alegrías más grandes que he tenido. No puedo definir bien qué es, pero creo que ha llenado un espacio que tal vez estaba vacío. También se ha convertido en un sitio en el que los isleños saben que pueden expresarse, que se los escucha, y que habla de ellos mismos en sus mismas palabras. Ya es bien larga la lista de gente que ha colaborado con notas, información, cartas, cuentos, poemas, en estos dos años y pico que lleva la edición en papel. El mejor elogio que me han hecho del Boletín es: “Che, es muy fácil de leer”. Se ha conformado una suerte de “Red Informativa Isleña”, en la que nos enteramos de todo lo que pasa en la isla, donde surgen cosas de las que uno puede empezar a tirar del hilo y descubrir el velo de asuntos que antes quedaban tapados. ¡Si ocurrió en la isla, el boletín se entera! Esto por supuesto nos ha granjeado unas cuantas antipatías, pero bueno, el cuero se fue endureciendo para aguantarlas, y en definitiva, “dime quién no te quiere, y te diré quién eres” dicen.

¿Cómo y por qué empezó Boletín Isleño?

Fernando fue una de las personas con las que empecé a trabajar en carpintería en la isla, de los primeros que me fueron enseñando este oficio. Él había trabajado en prensa muchos años, y siempre charlábamos de hacer alguna publicación que hablara sobre cuestiones isleñas, información, cosas que tuvieran que ver con la cultura. Pasaron los años y la cosa no se daba, por estar ocupados en otros asuntos cada uno. Cuando apareció internet acá, hará algo de cuatro o cinco años, muy precario todo, con esos aparatitos de las empresas de teléfono que se enchufaban en la computadora, empecé a hacer un Facebook para comenzar a difundir algunas cosas graves que estaban pasando, como el Colony Park, por ejemplo, que acababa de arrasar el Anguila. Ahí empecé a compartir noticias que tuvieran que ver con la isla que aparecían por ahí dando vueltas. De a poco me fui dando cuenta de que mucha información no existía en los medios, sino que la teníamos nosotros, los que estábamos dándole pelea a estas cosas. Entonces empecé a escribir yo las noticias y a publicarlas. Así fue creciendo, después hice el blog, y cada vez fue teniendo más seguidores. El asunto es que acá muy poca gente tiene internet, todavía no estaban estos telefonitos con los que se puede navegar, entonces el isleño no leía lo que publicábamos. Había que salir en papel para llegar a todos los rincones del Delta. Ahí fue que volvimos a vernos con Fer, y decidimos que estaba madura la cosa para encarar el diario. Había información, era necesario un medio que la difundiera, y teníamos las ganas de sacarnos el gusto. Así es que hace más de dos años que sale el Boletín en papel, llegando a todos lados, y a todas las parrillas y salamandras isleñas ¡Jajaja!

Como lector leo tu nombre y lo asocio inmediatamente con Boletín Isleño ¿Pensaste en eso cuando escribías tu libro?

La verdad que no. Yo en principio me asumo como escritor, de muchos asuntos. Uno de ellos es el Boletín, que no es más que un género literario, el periodístico, que tiene sus características muy particulares, que requiere una rigurosidad y una responsabilidad que no se tiene a la hora de salir macaneando con poemas o cuentos. Pero es escribir, contar historias en definitiva. No sé si se asocia mi nombre al Boletín, y si eso sea bueno o malo, pero bueno, en todo caso, es algo de lo que estoy orgulloso, y espero que eso no nuble la mirada del lector sobre las otras cosas que escribo, como estos versos y relatos que se incluyen en el libro, u otras cosas que son publicadas en el diario.

¿Por qué coplas?, sí según Galeano estamos hechos de historias

El libro se llama “Coplas de la Tierra de Agua” porque en su mayoría son versos en forma de copla. La copla es la manera que el paisano criollo, históricamente en Latinoamérica, en nuestro país, ha encontrado para contar sus historias, sus penas, sus sueños, sus misterios, sus honduras más secretas, sus amores y sus cosas más cotidianas. La copla es la forma de expresión popular por excelencia de nuestra gente, y me siento muy cómodo con esas maneras. Así me entraron a mí, y también así me salen los versos.

¿Cuánto tiempo tardaste en darle forma a este libro?

Este libro es el resultado de cosas que vengo escribiendo en los últimos dos años aproximadamente. Son poemas (algunos de ellos son canciones) coplas, y relatos breves, reales, de isleños que he conocido en el camino, y que muestran realidades muy profundas de los hombres de nuestra región, el extremo sur del Delta del Paraná. Pero sin embargo, la decisión de publicarlo me surgió hace poquito, hará cosa de dos meses más o menos. Sentí de pronto la necesidad de “parir” esto, de sacármelo de encima. Tengo mucha cosa escrita y muy variada, y esta es una forma de ir ordenando todo eso creo, de darle un cierre y una forma concreta. También, como siempre escribo con diferentes seudónimos, fue una forma de hacerme cargo, de asumirme también como escritor literario, y darlo a la luz.

¿Elegiste una editorial en particular?

Lo voy a publicar con la Editorial Grafito, que es la que editó los dos tomos de “El difícil paraíso”, de Francisco Vázquez, una gran obra ambientada en el Delta. Hablé con él y me aconsejó hablar con Leticia, la editora, y así arreglamos. No busqué demasiado, por lo que se es casi imposible que alguien apueste por un escritor desconocido, y ponga la plata, así que hay que juntar el billete, y hacerlo uno. También hay que ocuparse de la distribución, de la difusión, de todo. La idea es que a mediados de octubre ya tenga el libro y salga a la venta. La verdad es que que como el Boletín también es todo autogestionado, no me costó entender que el camino es este. Hay que hacer todo, nadie va a poner plata y dejarte hacer en total libertad.

¿El diseño de tapa a quien se lo debes?

No sólo la tapa, sino las seis ilustraciones que van dentro del libro se los debo a una talentosísima artista plástica también isleña: Mariana Zúñiga. Es mi esposa, compañera, alentadora y consejera.

Fuente: Entre ríos y arroyos[1]

Endnotes:
  1. Entre ríos y arroyos: http://entreriosyarroyos.blogspot.com.ar/2014/10/biografia-de-un-escritor-isleno.html?spref=fb

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