by Sabrina Garcia | 6 octubre, 2014 12:01 am
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Por Ramón Alberto Esteban *
En un par de meses se cumplirán 3 años desde que asumió la Intendencia Municipal Luis Andreotti, tiempo suficiente para señalar algunos de los rasgos centrales de su gestión, especialmente aquellos que consideramos como serios desaciertos. No es motivo de estas líneas ponderar aquellas acciones que han sido acertadas, ya que de eso se ocupa el aparato propagandístico oficial municipal.
San Fernando es administrado por un Intendente que cuenta con un equipo de gobierno en el que el proceso de toma de decisiones se circunscribe a los miembros de la familia Andreotti: Luis, su esposa Alicia Aparicio, su cuñado Santiago Aparicio y su hijo Juan. La página web del propio Municipio es testimonio de esta afirmación: Alicia Aparicio es Secretaria de dos (2) Secretarías, Juan Andreotti es Secretario del Ejecutivo, además de concejal, y el hermano de la múltiple Secretaria es Presidente del Concejo Deliberante. Sobre ocho ámbitos de actuación institucional relevante, el 50% son ocupados por familiares directos del Intendente y, por lo que se sabe, en el otro 50% nadie toma decisiones, solo se ejecutan las directivas familiares.
No hay impedimento legal para la práctica del nepotismo en la gestión del poder administrador, y se reconoce como una grave falta moral la práctica de refugiarse en los vínculos familiares para gobernar desestimando el protagonismo de otros actores que, adhiriendo al pensamiento del Intendente, expresen la riqueza que puede existir en los portadores de otros apellidos. El desprecio hacia otras participaciones políticas que formaron parte del equipo de gobierno original de Andreotti, se expresa en el despido en solo dos años y medio de gestión de cinco (5) Secretarios del Departamento Ejecutivo,-uno cada 6 meses-concentrando cada día más las decisiones en la reunión de familia.
Esta realidad, detectada por cualquier ciudadano activo del Distrito, también se expresa en la notoria ausencia de referencias políticas y sociales oficialistas distintas a las de la familia Andreotti, teniendo en cuenta que han participado en su apoyo inicial activos militantes del “massismo” local.
La cuestión es comprobar la vocación y sensibilidad del “embudo familiar” en percibir la necesidad de los variados sectores sociales de ser partícipes de la vida pública a través de la formulación de propuestas, reclamos e iniciativas dirigidas a mejorar las condiciones de vida integrales de la ciudad y las islas.
Considero que la diversidad de expectativas que se expresan en la vida de una comunidad local exige a los poderes políticos municipales, el tendido de una vasta malla de articulación de las políticas públicas con las expectativas ciudadanas, articulación solo posible de realizar, con profundidad, cuando el poder político se ofrece como una gran puerta de diálogo con actores con perfil propio, con capacidad para escuchar, acordar y ejecutar, haciendo coincidir la vocación ciudadana con las políticas públicas.
La administración de Andreotti no se caracteriza ni por la variedad de protagonistas ni por la vocación de diálogo con los ciudadanos.
La concentración de las decisiones en muy pocas personas, como la ausencia de actitud de diálogo, alcanza rasgos de significativo perjuicio para la vida ciudadana cuando se advierte la notoria ausencia de información respecto a los compromisos municipales con la protección ciudadana (seguridad) y la salud pública.
Existe una percepción compartida por la mayoría de los sanfernandinos de insatisfacción acerca de los niveles de seguridad pública existentes y por la prestación de servicios de salud pública, insatisfacción posible de ser analizada tanto como cuestión que atraviesa a la sociedad en general a partir de ser el mono tema de los medios dominantes, como con las particularidades de la vida local para lo cual es necesario conocer los objetivos que en ambos temas que se propuso el gobierno local como también los medios o recursos puestos en juego para alcanzarlos.
La insatisfacción se profundiza cuando la página www.sanfernando.gob.ar [2](la oferta oficial de información pública) solo ofrece las direcciones y teléfonos de los Centros de Salud y de las reparticiones públicas ocupadas de las distintas variantes de servicios de seguridad.
Ni las declaraciones de los miembros de la familia gobernante ni la información municipal nos cuentan o explican cuál es la protección ciudadana por la que pagamos asfixiantes tasas: cuántas cámaras de seguridad están instaladas, cuántas funcionan permanentemente, cuánto personal está dedicado al Centro de Monitoreo, qué grado de capacitación han recibido y qué profesionalidad han alcanzado, quiénes son los funcionarios responsables del Centro de Monitoreo, cuántos vehículos están afectados a la Patrulla de Protección, cuánto personal está destinado a esos servicios y en qué horarios, cuál es su grado de capacitación, cuáles son las directivas que reciben y cuáles son los protocolos de actuación y mucha otra información que permitiría que los vecinos podamos realizar una evaluación ajustada del servicio que supuestamente recibimos. Nada de esto se sabe, de esto nada se informa.
No reciben mejor trato las políticas públicas de Salud. La información registrada en la página web municipal no señala, destaca o promueve los programas de prevención o asistencia que debería prestar la Municipalidad: o no los tiene, o se olvidaron de hacerlos conocer y/o son tan escasos que optaron por no publicarlos.
Cualquiera sea el motivo, ningún sanfernandino puede estar orgulloso que su Gobierno Municipal no informe acerca de las prestaciones o especialidades que se brindan en cada Centro de Salud, qué personas forman el cuerpo profesional de los mismos, en qué horarios atienden a los pacientes, cuáles son los objetivos de las políticas preventivas que se aplican, cuáles son los resultados alcanzados en cantidad y calidad de esa políticas, cuales son los programas de articulación con el Hospital Público Provincial, cuál es la inversión que se destina a la Salud Pública desde el presupuesto municipal sin incrementarlo capciosamente con la pintura de los edificios. De esto no se sabe nada, de esto nada se informa.
Parece que no es una casualidad el reclamo ciudadano por las carencias de políticas públicas transparentes, comprometidas y eficientes en San Fernando: el “embudo” de la gestión en la familia gobernante, el manejo antojadizo y sin rendición de cuentas, con desinformación, sólo trata de ocultar -sin lograrlo- el achicamiento político de la propuesta de gobierno del actual Intendente.
* Lic. en Sociología (UBA)
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