by Sabrina Garcia | 30 septiembre, 2025 8:30 am
Por Sabrina García
‘El amateur’ es una obra de Mauricio Dayub estrenada en 1997. Es un clásico que ha sido premiada no solo como obra sino también él como actor. Se trata de dos amigos que en la adultez deciden cumplir sus sueños. Ambos se van a acompañar para que cada uno pueda lograr su objetivo. La puesta en escena habla de la amistad, de los desafíos personales, de la construcción colectiva, de la pasión, de los prejuicios.
Con una puesta escénica increíble y con música original de Jaime Roos, la obra se presenta el domingo 5 de octubre en el Teatro de la Sociedad Italiana (Constitución 360, San Fernando). Entradas a la venta en el siguiente link o en la boletería de martes a viernes de 16 a 19.30h o sábados de 10 a 13h.
Mauricio Dayub hace poco visitó nuestra ciudad con la obra ‘El Equilibrista’, ahora trae otro clásico: ‘El Amateur’. Consultado sobre el público sanfernandino dice “fue una función espectacular, con todo el público de pie” y reconoce que, en los saludos con el público le pedían que volviera con la obra ‘El amateur’, “por eso pusimos una fecha inmediatamente”, dice y agrega: “Estoy esperando esa misma reacción, tan emocionante, tan cercana con tanta gente quedándose a saludar. San Fernando tiene una movida muy hermosa”.
El Amateur
PH Mariana Melinc
-‘El amateur’ fue escrita y estrenada hace mucho tiempo y cuenta con gran vigencia. Ahora vuelven con la segunda vuelta. ¿Qué va a encontrar el espectador con la obra?
-‘El amateur’ es un espectáculo inspirador. Es el resultado de un logro personal que al espectador le permite vislumbrar el logro colectivo. Lo que me llevó a hacer esta nueva versión fue advertir que en la actualidad está siendo cada vez más difícil tener un sueño, cada vez más difícil lograr un objetivo, tener una meta, cumplirla. El amateur es un poco la metáfora del logro y, sobre todo, hay algo extraordinario en la obra es que se produce como un milagro: el sueño de uno se convierte en el sueño del otro, que era lo que yo sentía que la Argentina y el mundo necesitaba. Vivimos en un momento en el que estamos muy desconfiados y no creemos demasiado en el otro y como no creemos en el otro, el otro no cree en nosotros. Es muy difícil lograr algo porque no se puede lograr solo. La obra es una metáfora muy inspiradora, la gente sale del teatro convencida de que tiene que ir por lo suyo.
En esta etapa (El amateur, segunda vuelta) cumplimos más de 200 funciones haciéndola en todo el país, en Estados Unidos, en Montevideo. Pasa algo muy hermoso, y es que en la obra logran cumplir su sueño los que, en la realidad, hemos decidido que no van a poder. Eso lo hace más emocionante al espectáculo. El espectador advierte el prejuicio con el que vivimos. Tenemos naturalizado algo que es incorrecto y es que queremos saber a quién se le puede dar y a quién no. ¿Quién puede cumplir su sueño y quién no? Y eso no es real, porque la vida no es rígida, la vida nos sorprende todo el tiempo.
El Amateur
PH Mariana Melinc
-La obra habla de dos amigos adultos, uno ciclista y el otro cantante que buscan cumplir sus sueños. Ambos se atreven a un desafío nuevo. El espectáculo busca derribar esos prejuicios de si puede o no pero también me sorprende la vigencia porque fue escrita en 1997 y plantea esto de la importancia colectiva frente a un ‘salvate solo’, ‘meritocracia’, discursos muy vigentes. La obra va como a contrapelo de ese discurso.
-Hay algo que se que se potencia también y es que no es lo mismo tener un sueño cuando uno tiene 30 años, en la juventud, que tener un sueño en la adultez. En este caso la obra tiene una vigencia aún más potente porque el sueño sin cumplir como mundo también nos agarra adultos, y es más difícil, como adulto, proponerse lograr el objetivo que uno tenía en su vida y que por distintas razones no lo no fue logrado. El amateur divierte, entretiene, emociona, pero además te moviliza a ir por tu sueño. Te moviliza a no resignarte.
El objetivo se logra por algo esencial y que va en contra de lo que tenemos como creencia mal aprendida y es que para poder alcanzar algunas metas uno tiene que ser más vivo que otro, ser amigo del que tiene el poder o acomodarse en algún lugar. En la obra el objetivo se cumple con honestidad, por garra, por decisión, por ser implacable, por tener convicción. La obra refleja lo que hemos vivido en el último mundial donde ganamos porque nos pudimos sobreponer a la derrota, porque entendimos que había que jugar en equipo, porque había que jugar mejor que el contrario. Con el logro de esa tercera estrella nos abrazábamos en la calle sin mirar la ideología del otro, sin mirar la personalidad del otro. Lo hacíamos convencidos de que todos estábamos en la misma y que a todos nos afectaba por igual lo que había sucedido, nos unía. En la obra el espectador se une a la historia.
El Amateur
PH Mariana Melinc
El amateur te sacude y te dice que hay otra manera de alcanzar los objetivos más lindos para el ser humano y que no tienen que ver ni con el cargo que uno ocupa en su trabajo, ni con el barrio donde vive, ni con la marca del auto, ni con con la marca de la ropa, que tiene que ver con algo esencial que tenemos adentro y que vale mucho más.
-Te acompaña en el escenario Gustavo Luppi, ¿Cómo se armó esa dupla?
-Gustavo fue la la primera persona que yo conocí de este medio cuando llegué a Buenos Aires (Dayub nació en Paraná, Entre Ríos). Él estuvo muy cerca de la escritura en esa época. Yo estaba intentando escribir mi primera obra sin saber si iba a lograr el objetivo, de algún modo me pasaba lo que le pasa a los personajes de la obra. Cuando quise hacer esta nueva versión fue la primera persona en la que pensé porque él había estado muy cerca, incluso me había acompañado a ver cómo batía un récord de permanencia en el agua un personaje que se llamaba ‘Mojarrita’ Agüero. Yo estaba estaba buscando analogía de la obra que escribía y una noche nos fuimos ahí al Dique 4 en la Costanera, él tenía que estar durante tres días atado de pies y manos debajo del agua.
Gustavo era la persona ideal para acompañarme y no me equivoqué porque llevamos ya de casi cuatro años de este espectáculo.
-Se repite la historia, se repite algo de la obra. Lo que te atraviesa a vos y lo que ha atravesado a él
Tengo un bocadillo de un publicista amigo que la vino a ver, salió y dijo: ‘Dayub lo hizo de nuevo’ (se ríe). Sí, se vuelve a producir. Ahora vamos a editar el libro, el prólogo es de Dubatti y él decía que es una obra emblemática transformada en un clásico del teatro argentino. Eso lo puede decir porque han pasado 28 años que dan fe de que la obra primero se ha hecho en todos los países de habla hispana, en todas las provincias de Argentina y después porque la seguimos haciendo con esta vigencia que te decía.
-Tus obras se convierten en clásicos. Hay algo fuerte en tu escritura
-Me gusta acompañar a los espectadores con mis historias, tratando de ir más allá de lo artístico, que arriba del escenario aparezca una parte de la vida humana, de realidad. Siempre estoy intentando desmitificar verdades mal aprendidas para que desde arriba del escenario reviertan cosas que nos pasan a todos y es que vamos perdiendo nuestra vida por creer que no somos, que no podemos, que no tenemos. Estoy convencido que son solo condicionamientos sociales que nos hacen sentirnos de segunda o inseguros o fuera de combate, porque no tenemos esas cosas que cotizan en el mercado como fundamentales, pero lo que parece ser fundamental en realidad no lo es. Creo que lo fundamental es lo que pongo arriba del escenario para movilizar a la gente y movilizarme a mí también, para perseguir objetivos que realmente valgan la pena.
-Hablás del escenario y no podía evitar pensar en toda esa puesta en escena que tiene la obra: esa bicicleta y esos paneles de colores. Las imágenes son espectaculares.
-Lo mágico que se produce y a mí más me gusta del teatro es que el espectador se traslada a otro lugar, que mueve la fantasía. Estoy en contra de la biblioteca, del living, de la mesa, del sillón que lleva el teatro. A mí lo que más me atrajo del teatro cuando empecé fue la transformación no solo del personaje que empieza siendo una cosa y termina siendo otra, sino también de lo que está sobre el escenario.
Me han dicho algunos espectadores ‘cuando usted batía el récord me acuerdo haber sentido el viento que le pegaba en la cara cuando iba la ruta’. Y le digo: ‘Los teatros no tienen viento, no había’. Sin embargo, se metió ahí a través de la sugerencia escenográfica. Por ejemplo, hay un rodillo que usan los atletas de alto rendimiento cuando llueve y no pueden salir a la ruta que es en el que se produce el récord, es un objeto que realmente te hace imaginar la ruta. El personaje lleva días y noches pedaleando para poder desafiar e intentar saber si puede cumplir el sueño que tiene. Y bueno, ahí está la utilería, la música de Jaime Ross que la hizo originalmente. No es que tomamos canciones de sus discos, sino que vino a ver los ensayos para componer la música, es original para la obra.
La escenografía es de Graciela Galán, una de las escenógrafas más grandes que tiene la Argentina. La supervisión de Mauricio Kartun. Un dream team atrás del espectáculo que le da esto que vos veías.
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