OPINIÓN
Dos narcos, un gobierno
Por Sabrina García
En las últimas semanas las noticias giran en torno al narcotráfico. Por un lado, Pequeño J y el triple crimen y por el otro los vínculos del candidato de La Libertad Avanza, José Luis Espert, con el narcotraficante Fred Machado. Todo parece sacado del guion de una película yankee pero no, es en nuestro país y no tiene nada de ficción.
El autor de “cárcel o bala” con los delincuentes, José Luis Espert, quedó prisionero de sus propias palabras cuando en medio de una investigación de la justicia de los Estados Unidos tomamos conocimientos de los vínculos del diputado de La Libertad Avanza con el narcotraficante Fred Machado, acusado por el juez federal del estado de Texas de ser cómplice del Cartel de Sinaloa y el Chapo Guzmán.
La investigación aportó datos. En uno de los registros de transferencias de Fred Machado se deja constancia del pago de 200mil dólares a Espert. La respuesta tardó en llegar, se hizo en cuotas y de manera contradictoria: el ahora primer candidato a diputado nacional por la Provincia de Buenos Aires primero dijo que era todo mentira, después que era una operación del kirchnerismo, después que apenas lo conocía a Machado y que le había ofrecido llevarlo en un avión, para finalmente decir que ese dinero se lo había pagado una empresa a modo de ‘adelanto’ por un trabajo de consultoría que no hizo porque en el medio vino la pandemia.
Lo cierto es que no solo está probado el pago de esa suma en dólares, sino que Espert viajó con Machado no una sino 35 veces en su avión privado, muchas de las cuales salieron del Aeropuerto Internacional de San Fernando. Sumado a esto, la empresa que supuestamente lo habría contratado por un trabajo de consultoría también es investigada por la justicia de Estados Unidos como un sello del cartel del narcotráfico.
Machado le prestó a Espert “la Jeep Cherokee y el King Air LV-CBZ” para la campaña de 2019, “algo que el candidato negó durante seis años, hasta ayer, cuando admitió 35 vuelos y el uso del vehículo”, expresó el periodista Sebastián Lacunza.
De hecho, el periodista señala que el acuerdo entre Espert y Machado se terminó de cerrar en el Bombardier N28FM estacionado en el aeropuerto de San Fernando: “Sellaron un acuerdo de provisión de un avión, una camioneta y fondos, en un rango que va, de acuerdo a diferentes versiones, desde unos cientos de miles de dólares, a US$ 5 millones”.
La imponente casa de Espert en Beccar sobre la calle Brasil fue adquirida tras su viaje a Estados Unidos en donde se reunió con Fred Machado y acordaron un contrato de al menos US$ 1.000.000 a razón de USS100.000 por mes por un supuesto trabajo de consultoría para la empresa Minas del Pueblo de Guatemala.
En enero de 2021 Machado recibió el dato de que la acusación en su contra era por delitos graves. En febrero le llegó una citación de la Justicia, él intuyó que era para detenerlo y viajó a Buenos Aires. Sí, se reunió con Espert en su casa de Beccar.
“Días más tarde, el 16 de abril de 2021, llegaría el alerta roja de Interpol y casi en el acto, la Policía de Seguridad Aeroportuaria detendría a Machado en el aeropuerto de Neuquén. Pese a la tormenta desatada, el empresario había viajado a esa provincia a tratar de organizar un negocio”, explica Lacunza.
Por todo esto las declaraciones de Espert lejos de despejar dudas hunden cada vez más en el barro al candidato. No solo está probado el vínculo sino que resulta inverosímil que en ese encuentro en Beccar, días previos a su detención, Machado no le haya contado la situación judicial que atravesaba.
En simultáneo otro narco
Como si a esta historia no le falta condimentos de una película, en simultáneo al caso Machado-Espert, un triple femicidio narco ocurrido en Florencio Varela destapó otra historia vinculada al narcotráfico.
Lara Gutiérrez, Brenda del Castillo y Morena Verdi son las víctimas de esta historia. Las jóvenes fueron secuestradas, torturadas y asesinadas. Todo ello trasmitido en forma on line. Las tres fueron encontradas amordazadas y con los tobillos y rodillas atadas. La autopsia indica que Lara y Morena recibieron siete heridas mientras vivían en cambio Brenda recibió 22. El descarte de los cuerpos incluye bolsa de plástico que cubre la cabeza y cuerpo descuartizado. El informe completo de la autopsia se vuelve insoportable de leer. Lo que han tenido que sufrir las tres jóvenes es completamente perverso y macabro.
La justicia identificó a cada uno de los integrantes de la organización criminal y los detuvo. El caso más resonante sin lugar a dudas son las últimas dos detenciones: Pequeño J y su mano derecha, Matías Agustín Ozorio.
Fue el propio jefe de la Agencia Antidrogas de Perú quien explicó el procedimiento para la detención de Pequeño J: “Teníamos intervenidas las líneas telefónicas utilizadas por Pequeño J y Ozorio. Seguíamos los pasos de los dos sospechosos y sus planes futuros”, dijo y se refería al trabajo conjunto con la policía bonaerense. La captura del líder de la banda se logró por un “trabajo de inteligencia por parte de la policía bonaerense, que siguió el rastro del teléfono del narcotraficante en su recorrido desde Argentina hasta Perú”.
Previo a la detención de Pequeño J, la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, en su afán por querer llevarse el mérito de la detención, que la tuvo como espectadora y no como protagonista, casi arruina el operativo cuando se apuró a tuitear la detención de Ozorio (algo que se mantenía en secreto para no alertar a Pequeño J).
“Ozorio estaba esperando a Pequeño J en ese lugar para encontrarse y a partir de allí, seguir caminando juntos. Nosotros sabíamos que Ozorio estaba ya en Perú hace un par de días, porque teníamos intervenido el teléfono de Ozorio también”, explicó el ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso y agregó que desde Perú se indicó: “No comuniquen esto porque él se va a bajar del encuentro, no va a llegar a este lugar y se va a ir”.
Patricia Bullrich lo comunicó y Pequeño J fue alertado. Es así que cambió de vehículo. Si bien la detención se logró, la desinteligencia de la ministra de Seguridad puso en riesgo el operativo.
Eso, sumado a que Ozorio y Pequeño J salieron del país como vos o yo entramos y salimos del supermercado. Es decir, sin alertar a ninguna de las fuerzas de seguridad de frontera. Las mismas depende del Ministerio de Seguridad de la Nación, sí, de Patricia Bullrich. Es decir, no solo se le escapan los sospechosos sino que casi puso en riesgo el operativo de detención del que no fue parte.
Bullrich, que al igual que Espert, también es la primera candidata a diputada nacional para las próximas elecciones que se llevarán a cabo el 26 de octubre. Ella por la Ciudad de Buenos Aires, él por la provincia de Buenos Aires.
Quizás su intento de que los medios no focalicen en la salida de los narcos del país sin sonar ninguna alarma de las fuerzas de seguridad que ella gestiona, su torpeza que casi pone en riesgo el operativo o el hecho que Espert esté vinculado al narcotráfico y que eso impacte en una mala elección el próximo 26 de octubre y ella no sea la candidata más votada por quedar ‘pegada’, la llevaron a despegar.
“Es muy importante aclarar la situación ya, hay que aclararla”, había dicho la ministra de Seguridad. Más tarde y tras las primeras respuestas de Espert agregó que el candidato: “Tiene que volver a los medios y contestar claro”.
El cuco del narcotráfico que acecha a nuestro país ya dejó de ser un simple temor para transformarse en parte de nuestra cotidianeidad y con fuerte vínculo con la política. Lo que parecía entretenido ver en Netflix los fines de semana ahora se volvió complejo porque las balas pegan cerca.
Esclarecedor artículo. Es de esperar que los ciudadanos tengan en cuenta estos hechos y, los anteriores como el caso Libra, fentanilo, Garraham, La Suizo Argentina, jubilados, discapacitados, etc, etc, a la hora de emitir el voto.
Que curioso es que la editora de esta nota omite toda mención a la responsabilidad del gobierno provincial, peronista, del crimen narco de las tres mujeres. Bandas de delincuentes conviven con la policía, municipio y gobierno provincial peronista. Sin ir mas lejos, la casa donde se produjeron los asesinatos es de la número 2 del sindicato docente que conduce Baradel.
En otro orden, hay un candidato que declinó su postulación para que se investigue. ¿Van a pedir la renuncia a sus candidaturas de Grabois o Salvatierra? Ah, no. Son compañeros, de eso no se habla.