ENTREVISTAS
El Winter Garden comenzó con el regreso escalonado a clases

La Provincia de Buenos Aires autorizó a las escuelas a presentar los protocolos para el regreso escalonado de alumnos a las actividades pedagógicas presenciales. Desde San Fernando Nuestro dialogamos con los representantes legales del colegio Winter Garden quienes explicaron cómo implementan el regreso.
El establecimiento educativo de 63 años de antigüedad ubicado en Victoria posee una matrícula de 1500 estudiantes distribuidos en los tres niveles de enseñanza.
Fernando Ibarra y Alfredo ‘Pato’ Marcasoli, representantes legales del Winter Garden, recibieron a San Fernando Nuestro para explicar cómo implementan el regreso escalonado.
Comienzan con el regreso escalonado, y creo que, si no es la primera, es una de las primeras escuelas de San Fernando en implementar esta propuesta. ¿Cómo fue reacomodarse para el post pandemia o fin de la cuarentena?
FI: Nos preocupaba mucho el hecho de que íbamos a finalizar el año digitalmente, sin contacto. Además, pensábamos en los grados que terminan (6to. año y 6to. grado de primaria), que es su último año, que lo transitan de una forma diferente a todos no había existido para ellos. Durante el año hicimos algunas cosas como llevarles un desayuno a la casa hecho por los profesores o llamados telefónicos, pero casi todo se dio virtual. Entonces hace 2 ó 3 meses empezamos a hablar de la posibilidad de ver qué podíamos hacer. Pensamos en utilizar el campo de deporte que es un lugar abierto y empezamos a trabajar en eso. Luego se fue dando toda esta situación, de que el Gobierno autorizaba el regreso escalonado y fuimos a hablar con el intendente, que nos atendió muy gentilmente, lo mismo el secretario de Gobierno y la subsecretaria de Educación. Nos dieron su apoyo para el reencuentro vincular y armamos un protocolo. Provincia nos los autorizó y comenzamos con el regreso de los estudiantes de secundaria.
En el medio se amplió el colegio… (NdR el colegio se amplió incluyó nuevas salas de computación, arte, música, cancha con pasto sintético y huerta)
AM: Sí, hicimos un gran esfuerzo durante el verano. Nos daba tristeza que los chicos no lo pudieran disfrutar porque todo el esfuerzo uno lo hace esperando ver las caras de alegría, disfrutar de ese parque hermoso que vos acabas de ver, de las huertas, de los nuevos salones pero bueno, esto no fue todo negativo y siempre hay que mirar el lado positivo. Hemos descubierto que la virtualidad va a ser una herramienta y que va a continuar en el futuro. Nuestro equipo docente se ha portado de maravillas, estuvo a la altura de las circunstancias y cumplió pese a toda la dificultad de lo nuevo, tecnología mediante. Eso nos da ánimo para continuar y mejorar la propuesta.
¿Cómo es la etapa de re-vinculación?
FI: Lo que pretendemos en esta etapa es reencontrarnos con algunas actividades recreativas en lugares abiertos. Por eso vamos a utilizar el campo de deporte donde hacen educación física para armar en grupos de 10 (como máximo) estudiantes que van a trabajar con un profesor de educación física, un profesor de aula, un tutor y los directivos. Son encuentros de no más de 90 minutos en donde vamos a evaluar lo que les pasó (durante la cuarentena), acompañarlos en lo que necesiten y tener un panorama de cómo vamos a comenzar en febrero con ellos.
Queremos saber quiénes tuvieron más dificultad, quienes menos, cuáles fueron los problemas. Porque sabemos que cada casa se transformó en un colegio y ese “personal” que trabajaba en la casa era un poco desconocido para nosotros. A los estudiantes les costó mucho. Los padres tuvieron que poner una actitud terrible para este trabajo y en todos lados no fue lo mismo. No tenemos el mismo piso para todos. Algunos tuvieron problemas de conectividad, en algunas casas había una computadora para la familia y otros tomaban las clases con teléfono. Encontrarnos con ellos, escucharlos puede ser muy enriquecedor. Creo que vamos a tener un muy buen comienzo en esta nueva etapa que no sabemos todavía cómo va a ser la proporción de lo virtual y lo presencial.
AM: Sí, hemos verificado que es útil. Nos va a servir como una herramienta adicional. La presencialidad es insustituible por lo vincular. La escuela es una entidad que, por supuesto, transmite conocimientos, pero educa y educar a través de zoom es casi imposible. Entonces el educar, que es nuestro fuerte, lo vamos a sostener al mayor porcentaje. Lo virtual va a ocupar un porcentaje también porque es interesante.
FI: Aprendimos muchas cosas. Hicimos polos virtuales dentro de la escuela para que haya grupos de profesores dando clases directamente desde lo virtual. ¿Eso qué va a facilitar? Te pongo un ejemplo: el alumno que este enfermo y que no venga a clase va a poder tomar clase igual. Otro ejemplo, parece una pavada y vos lo debes saber como madre, cada vez que hacíamos una reunión de padres, para que vengan todos encontrar el horario era terrible. Hicimos reuniones virtuales y estaban todos. Entonces, podés comunicarte con todos y no tenés que hacer diferentes reuniones.
Cuando empezó la pandemia nos preocupaba, y lo hablábamos con Alfredo, que nuestro polo fuerte era la comunicación que teníamos con los chicos. Ese afecto lo íbamos a perder, pero la verdad se produjo una ósmosis, una cuestión de combinación donde realmente se fue reemplazando esa situación y hemos llegado, nos hemos encontrado y recibimos a la gente que nos dice que estuvo bien, que nos preocupamos. Armamos grupo de trabajo donde llamábamos por teléfono a los padres que no se conectaban. Ese problema que hubo en capital que fue bastante importante, que no se conectaban, acá no lo sentimos tanto. Mientras uno daba clases, había otro qué miraba quiénes estaban presentes y cuando algún alumno no se conectaba dos veces, llamábamos a la familia. Fue una capacitación acelerada de todo este tipo de tecnología que íbamos a tardar muchos años en llegar a esto.
En ese sentido los estudiantes se adaptaron, por ser nativos digitales, más fácilmente…
FI: Sí, se empezó a utilizar la tecnología bien. Porque antes era ‘teléfono si o teléfono no’, hoy el teléfono y las nuevas tecnologías pasaron a ser un instrumento fundamental, no solamente para jugar.
AM: Había una normativa desde hace un par de años que se podía utilizar el teléfono como herramienta escolar. Y lo usábamos con los estudiantes más grandes en economía, para hacer consultas de cotización de mercados, etc. En ese caso tenía que estar la orden del profesor para poder usar el celular.
¿Les bajó la matrícula?
FI: No nos bajó la matrícula, diríamos activa, lo que baja es el tema cobro. Hay que entender que es un escenario especial y que no es para siempre. Es todo recuperable si uno se adapta a cómo es esto a la situación de cada familia. Ha habido familias que me dijeron al segundo mes que como no podían pagar se iban a desconectar y nosotros dijimos ‘nadie se va a desconectar’. Este es un año especial donde nadie podía quedarse sin escolaridad porque a parte no es solamente la escolaridad, es perder a sus compañeros, su colegio, su actividad deportiva en su club, perdía todo. Los grandes lo podemos sentir, pero lo llevas.
Hay edades muy críticas como es la sala de 2 años… podemos decir que los chiquitos crecieron con algunas cosas en sus casas porque por suerte la familia pudo estar mas en la casa, pero por otro lado lo social, que están creciendo y en esos momentos son tan esponjas. Hay muchos que han avanzado, otros que hicieron regresiones. Pero bueno se trabajó con las docentes, que pusieron unas ganas terribles. Les contaban cuentos, les hacían hacer actividades, les daban antes la actividad a los padres para que la supieran así cuando el nene se conectaba ya sabían de qué se estaba hablando. Se fueron ensayando distintas estrategias para llegar lo más posible.
AM: Ese en un extremo, en el otro están los grandulones de 6to. año que para algunos fue un año de duelo. No tuvieron viaje de egresados, no tuvieron fiesta. El buzo!, pobres, lo usaban en el zoom para compartirlo. No se olvidan mas de su sexto año. Lo van a recordar de por vida.
Un año intenso…
FI: Sí, y hay distintas realidades. Hay escuelas que tienen como objetivo número uno que los chicos puedan comer; otras, como acá, que necesitan otro tipo de cuestiones. No hay que ponerse ni en contra ni a favor. Hay que ver si esto se puede hacer y si lo podemos hacer así. Todos pueden trabajar porque sino creamos una desigualdad que a la larga también afecta socialmente a todos.
Fernando y Alfredo cuentan que el protocolo lo comenzaron a trabajar en agosto y solicitaron asesoramiento a padres y madres de la escuela, a médicos prestigiosos de nuestra ciudad, al área de Salud Mental del Municipio. “Enriquecerlo al máximo para tener las mayores certezas”, indicó Marcasoli.
Entre las propuestas que elaboran se encuentra la posibilidad de poder entregar el diploma de egresados en forma presencial en un espacio abierto que cumpla con las dimensiones necesarias para sostener la distancia social.
Durante la revinculación se trabaja, cada día, con un año distinto. La propuesta es voluntaria. En función de un sondeo que armaron, identificaron que entre el 50 y el 60% de los estudiantes planifican sumarse al regreso escalonado. “Hay familias que tienen miedo y todo es entendible. Hay que entender las diferentes realidades, quizás tienen un familiar mayor en la casa. Otros salen a trabajar permanentemente y ya están más acostumbrados”, explicó Ibarra.
Sobre el establecimiento educativo, Ibarra destacó: “El colegio arrancó como un casquito alquilado, después se sumó la casa de mis padres y después se sumó mi casa. El objetivo fue uno solo: tener a los chicos acá adentro, en una gran casa. Mis padres arreglaron su casa para vivir, el colegio comenzó a crecer y ocupó esa casa. Después compramos la casa de al lado y nos extendimos. Finalmente remodelamos ésta casa en donde viví 10 años. Viví de chico y viví de grande. Y me sigo quedando acá”, y agregó que durante muchos años creyó que el nombre del colegio era porque comenzó como un jardín de infantes que funcionaba en el invierno hasta que una vez su padre le dijo: “No, Winter Garden se llamaba el café donde nos juntábamos a pensar con tu mamá la posibilidad de construir un colegio”. Detrás del nombre una historia de amor.