ENTREVISTAS

Ignacio Galdeano, su pasión por el arte y el Delta

Ignacio Galdeano, su pasión por el arte y el Delta

Por Javier Guirin*

Cuando el último viernes tropecé con esta imagen, lo primero que pensé fue que se trataba de una foto, esa fue la primera impresión, pero después, cuando mis ojos comenzaron a recorrer cada detalle, la sorpresa fue mayor ¡Era una pintura! En pocas horas la imagen recorrió todo Facebook, no fue una odisea descubrir al autor de la obra, ya que el mismísimo Ignacio Galdeano la había compartido en la página de nuestros amigos de Delta Profundo. Nos pusimos en contacto y a las horas un café fue el testigo de una conversación tan amena, como las que disfrutan los viejos amigos después de un tiempo de desencuentros.

Ignacio nació en la clínica Aránzazu de San Fernando, un veintisiete de agosto de mil novecientos ochenta y tres. Dicen que los artistas no son amigos del sueño y el insomnio les juega malas pasadas, tal vez ese sea el motivo por el cual, Ignacio despertó a la vida a las cinco y media, de una tarde de agosto un tanto fría.

¿Cuál es tu relación con el Delta y con las lanchas de pasajeros?

Desde muy chico, mis padres me asociaron al Club San Fernando. Durante mi infancia, asistí a la Colonia de Verano del club, a la que cruzábamos en lancha de pasajeros. De la Colonia, no recuerdo absolutamente nada. Mi mejor recuerdo de aquella época en el club lo integran los viajes en lancha. La lancha era un objeto mágico para mí, me apasionaba profundamente el diseño, la forma. Y me abstraía la maestría de los pilotos al maniobrar semejantes obras de arte. Lo único que esperaba ansioso siempre era volver a casa y sentarme solo a dibujar obsesivamente ¡Aquellas fabulosas máquinas!. Una y otra vez buscaba la esencia del diseño. Cuando vivíamos en Pacheco, mis hermanos y yo íbamos al Colegio San Martín de Tours y al Club. Viajábamos para todo lo que queríamos hacer. En el dos mil uno, nos mudamos a Tigre. Yo ya tenía dieciocho años. Allí, me reencontré con mis viejas musas y amigas: las lanchas colectivas. Volví a verlas, observarlas, contemplaras y amarlas.

¿Te dedicás a algo relacionado con tu pasión por el dibujo?

De profesión soy Profesor de Educación Primaria. Ejercí como docente en diferentes roles durante siete años, en escuelas privadas de San Isidro. Este año no estoy ejerciendo, para dedicarme totalmente al Dibujo y la Pintura, pasiones que postergué durante años, si bien las desarrollaba por placer durante descansos.

Tu pasión por las lanchas sabemos dónde nació, pero tu pasión por la pintura, ¿quién te la transmitió?

Dibujo desde que tengo consciencia. Lo considero un regalo del Cosmos. A mí no deja de conmoverme la posibilidad y la oportunidad sagradas que tengo de expresarme, ya sea escribiendo, haciendo música o dibujando y pintando. Mi recuerdo más viejo relacionado al dibujo, es mi padre dibujando aviones que yo le pedía y estimulando mi facilidad para dibujar. Debo haber dibujado antes de comer por primera vez (Risas).

Para que la gente entienda, en la descripción de la pintura de la lancha, mencionas el detalle del acrílico, ¿qué diferencia hay entre la pintura tradicional y está en particular? Si es que existe alguna diferencia.

El pigmento acrílico es un material al agua que usé para pintar a pincel el dibujo de la lancha. La técnica es acrílico sobre papel. El producto es un realismo tradicional (por la fidelidad a lo que vi, que versioné un poco).

¿Cómo lo hiciste? ¿Desde una foto?

No. Simplemente sumé a la información que me daba una foto, lo que observé de otras lanchas, otros follajes y otras olas.

¿Cuántas pasiones tenés?

Claramente cuatro, y muy dolorosamente amadas: el Dibujo, la Música, la Literatura y la Docencia.

¿Ese es el orden de importancia que les das?

Soy incapaz de establecer tal orden. Y soy muy cíclico… Vivo ciclos de docencia, ciclos de música, de dibujo, poéticos… Y cada ciclo es extremadamente intenso, lo vivo, disfruto y padezco con todo lo que soy. En todo caso, son claramente diferentes pero no jerarquizable. No sé qué me depara el destino, ni me interesa. Amo las sorpresas y no pienso planificar absolutamente nada. Así que seguiré con lo que venga, y acaso descubriendo más pasiones

¿Cuánto hay de disfrute en lo que haces y cuanto de exigencia?

Mis pasiones implican una terrible y tormentosa exigencia con el mundo entero, yo incluido, por supuesto. Disfruto plenamente. Pero cada producto mío es un parto.

Mencionaste la escritura, ¿qué escribís?

Las letras de mis canciones y poemas. He escrito ensayos y otros tipos de relatos pero no me satisfacen.

¿Qué es lo que no te convence de tus lecturas?

Las letras de canciones y los poemas me satisfacen. Otros géneros que he intentado, no me hacen sentir creativo.

¿Cuáles son tus referentes?

En la música, Kurt Cobain; la poesía de Juan Gelman; en pintura Quinquela y dos maestros como Sócrates y Leonardo.

Si tuvieras que darle un mensaje a la gente que hoy te descubre, ¿cuál sería?

Quiero que quede claro que me gustan los desafíos en lo que hago y me conmueve conocer y compartir con gente que se deja sorprender y emocionar con el arte, y que valora el esfuerzo, la dedicación y el trabajo que implica. Y desde ya, agradezco a toda persona que lea esta amena charla que tanto he disfrutado.

* Javier Gurin para Entre ríos y arroyos


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