ENTREVISTAS
Juan Eduardo Sánchez: “Me siento un alquimista experimentando cosas”

Por Paula Taborda
Juan Eduardo Sánchez estudia Artes Visuales en el IUNA con orientación en grabado de arte impreso, tiene 28 años. Para entrar al taller, uno tiene que cruzar una especie de Edén. En realidad es un vivero (https://www.facebook.com/vivero.lalita) pero eso no quiere decir que el taller no sea un paraíso. De hecho parece la escenografía de alguna película, y habla mucho de Juan, hay colores, formas, simetría, círculos, plantas, una canoa en el techo, imágenes de bandas, una prensa, y pintura. Un lugar que parece irreal, no es de este mundo.
¿Cómo llegaste a artes visuales en el IUNA?
Probé con ingeniería en la UTN, aprobé el ingreso y me di cuenta que no era lo mío. Hice el CBC de medicina y lo aprobé pero tampoco era lo mío. Me encanta, y en mis obras está plasmado, hay mucha ingeniería, es todo matemático, en la imagen visual es evidente, estoy rodeado de reglas t, de plantillas. Fui probando. No sabía qué hacer, era ese momento de la adolescencia que terminás el colegio, me fui dejando influenciar. Hasta que caí en el IUNA, llegué y me quedé. Me gustó. No planeo mucho las cosas, yo voy. Vivo el hoy.
¿Qué es grabado de arte impreso?
Yo lo que hago son matrices, para después hacer reproducción en serie. Un ejemplo es un sello, es parte de un grabado, una fotocopiadora es parte de un grabado. Son matrices tangibles o analógicas que después se pueden reproducir infinitas veces. Algunas matrices son menos perdurables que otras. A mí me gusta trabajar con chapa, pero hay distintas variables. Lo que hago es tallar la chapa, lo trabajo con distintos tipos de ácidos y vas como “comiendo” la chapa, y ahí es donde va a quedar la tinta y después lo podeé reproducir. Es todo un proceso. Me siento un alquimista experimentando cosas y viendo que sale también.
El grabado ¿es ir probando?
No, el grabado es muy tradicional, tiene muchas reglas a seguir, uno va probando ya cuando conoce, o sabe cómo funciona. Es una serie de pasos a seguir para lograr algo, una vez que logras la matriz si podes empezar a probar, con tintas, colores, texturas, aplicaciones, soportes. No es lo mismo trabajar en tela, en papel, en madera, en cuanto a impresión. Es una búsqueda constante para ver que me da.
¿Tenes algún material favorito?
No, ninguno. No me caso con nadie. Ahora te puedo decir que mi manera de trabajar es la chapa, pero mañana no sé.
¿Qué artistas te inspiran?
No sé, me inspira la arquitectura hoy. No sé si me inspira un artista.
¿Qué te influye a la hora de crear algo?
Son momentos, yo trabajo todo el tiempo. Tengo un cuaderno blanco y un lápiz a mina, y en todo momento estoy bocetando, escribo ideas. Cuando me viene la idea, la escribo, porque si no la idea pasa y te olvidás. Es mi mecanismo de búsqueda y de sellar algo.
¿Hoy en que estas trabajando?
Después de mucho, puedo decir que hoy tengo una línea a seguir. Nosotros los que somos productores visuales…
No dijiste artista
No me gusta la palabra artista, es como ser Dios. No mentira, soy terrenal, soy una persona. Puede sonar más cursi, no sé. Soy productor visual.
¿Tu línea a seguir, entonces?
Trabajo mucho la arquitectura y lo natural, esa dicotomía. Yo siempre estoy peleando entre un línea hecha con escuadra y una hoja partida a la mitad, desgarro. Trabajo collage, corte tijera, con mano, arrancar. La ciudad, lo urbano, la urbe.
¿Por qué?
Porque yo vivo en la ciudad y soy un bicho de ciudad, como todos los que vivimos acá.
Estamos un poco alejados de la ciudad
Tenemos aire acondicionado, con un botón prendés la luz, aunque no quieras somos bichos de ciudad. Me tomo el bondi, viajo en el tren, subte y eso para mí está buenísimo.
¿Qué buscás generar con lo que hacés?
Paso.
Yo muestro lo que veo. Por ejemplo, hay gente que me pregunta porque la ciudad, a mí me gusta la ciudad tiene su mecanismo, su forma de ser, y a casi nadie le gusta. Decís ciudad y te dicen “uh no, piquetes”, “calor”, “paros de subte”, “bancos cerrados” y son todas pálidas, negativo, pero hay otras cosas más bellas que la gente no ve. Porque quizás es más fácil ver lo que está mal, que lo que está bien. Y yo veo esa belleza de la ciudad y trato de transmitirla en mi obra y vos capaz la ves y decís “Epa! Mirá qué bien”.
¿Proyectos a futuro?
Ninguno.
Vivo el hoy, pero te puedo decir viajar, conocer, producir, pero siempre hay un proyecto que es el mañana, vivo el hoy pero creando un mañana. Y cuando cumpla el proyecto lo voy a apreciar, gozar, pero después va a venir uno más, uno nuevo. Es una rueda en movimiento, siempre hay más para hacer.
¿Qué estás haciendo ahora?
Ahora, va a hacer un año que estoy en este taller Aguatinta y doy clases, le muestro a la gente lo que es el grabado que nadie conoce. Dicen taller de arte y lo asocian con clases de pintura, el denominador común. Me enfoco en eso para dar a conocer las múltiples variables de grabado. Hace dos años soy ayudante de cátedra en el IUNA dando grabado.
¿Cualquiera puede hacer grabado?
Si, cualquiera. Pero no solo hacemos grabado, la idea del taller es que uno venga con una problemática y yo quiero ayudar a resolverlo, vos me decís “quiero hacer tal cosa”, traes tu propuesta y entre los dos vamos a ir viendo la manera de resolverlo, de encontrar las herramientas. También tengo mi experiencia de hacer las cosas de determinada manera, se que combinaciones hacer para lograr lo que se plantean al llegar, lo que están buscando, así encaro el taller. Hay gente que viene a pintar, a dibujar y ayudo con eso.
Para el grabado tenes que tener una base previa, la primera parte (preparado de matriz) tiene muchos pasos a seguir y vos no ves cómo es la obra final, vos no sabes cómo va a quedar, recién después de la primer estampa, la primer impresión ves que es lo que creaste. Se trabaja en espejo, hay técnicas de blanco sobre negro, se piensa un poco al revés. Tiene su complejidad, pero cualquiera puede. A mí me gusta el grabado porque es en parte, mecánico (no es así pero yo lo digo así) esos pasos determinados, para ver el producto final. No sabés qué va a quedar, qué va a salir. Trabajás, trabajás, trabajás y cuando imprimís, ahí te das cuenta lo que hiciste, lo que creaste, el resultado. Tiene el factor sorpresa que es agradable. Algo de magia.
¿Por qué Aguatinta?
Es una Técnica de chapa, para generar valores, de distintas escalas de grises, por así decirlo. Es una técnica de grabado y suena lindo. Es un método.
A veces me resulta difícil, explicar bien que es el grabado porque para mí el grabado se tiene que ver, y quizás por eso no tiene tanta llegada. Solo al final ves el resultado. Tenés que hacerte la idea de que no es como la pintura que con la pincelada ya ves cómo está quedando, no es como el dibujo. No es un proceso directo, es indirecto; totalmente indirecto. En el producto te olvidás el proceso. Para mí, lo interesante es el proceso. La estampa es una anécdota de todo el trabajo que hiciste. Es muy diferente a la pintura y al dibujo, que lo que la gente acostumbra a ver en museos.
¿A vos te gustaría ver más grabado en museo?
Me encantaría porque casi no hay. Pero el grabado solo lo aprecia la gente que sabe de grabado. Capaz voy a una muestra y me pregunto como hizo el productor visual para llegar a esa imagen. Yo me imagino los procesos.
Tiene otro valor para vos…
Y si, imagínate que una de las últimas series, la última chapa que hice me llevo dos meses hacerla, fui probando, calando, poniendo líneas, poniéndole valores, probé estampando , le agregue más cosas, lo veía. Y cuando la tuve, y arme la obra, estaba lista, lo puse en un atril y la mire una hora, la veía y recordaba todo lo que pase. El proceso, lo que sentí, lo que esperaba, lo que me imaginaba.