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Alerta en INTA Delta por falta de presupuesto

El gremio de trabajadores del INTA, se declaró el estado de alerta con movilización, convocando a todas las seccionales del país para el próximo lunes 8 de abril, frente a las oficinas centrales del INTA y el Ministerio de Producción de la Nación en Capital Federal.
“La situación en términos presupuestarios para el INTA es crítica por donde se la mire”, señaló Darío Ceballos, director de la Estación Experimental Agropecuaria Delta con asiento en Campana.
Y agregó: “En lo que va del año, nos giraron sólo el 10% del presupuesto operativo considerando 2018 y no tenemos certeza del presupuesto anual 2019″ indicó sobre la entidad que tiene autarquía financiera.
La Agencia de Extensión Delta del Paraná, tiene su sede en las islas de Campana y, su función es extender los conocimientos y tecnologías en territorio y a los productores de las islas de San Pedro, Baradero, Zárate, Campana y San Fernando. Inaugurada hace más de 40 años, comparte el mismo predio con la Estación Experimental Agropecuaria Delta del INTA. Hoy hay rumores de cierre.
“La situación en términos presupuestarios para el INTA en general es crítica por donde se la analice. Hace 1 año los investigadores no poseen recursos para investigar, pero los rumores de cierres de unidades de extensión son nuevos. Sería un retroceso incuantificable en términos institucionales y pérdida de capacidad instalada. Una medida de ajuste absurda. La Agencia tiene un rol muy importante acompañando a los pobladores del todo el Delta e incluso del territorio continental implementando el programa PRO Huerta, entregando semillas, brindando asesoramiento a apicultores, generando nuevas variedades genéticas de álamos, sauce y mimbre e interviniendo en aspectos territoriales y de gestión del agua, entre otras tareas”, comentó Ceballos quien además señaló que el Instituto no dispone de los recursos asignados en el presupuesto 2019.
“Está finalizando marzo, y en lo que va del año, nos giraron sólo el 10% del presupuesto operativo y nos manejamos con los números del año pasado, porque el presupuesto de este año ni siquiera está siendo ejecutado. Es decir, si tenemos en cuenta la inflación acumulada, ni siquiera estamos hablando del 10%”, agregó.
Esta circunstancia estaría colocando también a la Estación Experimental Delta en un estado operativo crítico, tanto en términos logísticos como de asesoramiento e investigación, “impidiendo estar donde nadie más está, función clave del estado”, en palabras del funcionario.
Inclusive, esas tareas ya se venían resintiendo como consecuencia de la falta de personal dado que hace 2 años que no se cubren las vacantes generadas por jubilación, retiros voluntarios y renuncias.
Autarquía perdida
Aunque el INTA posee autarquía financiera y operativa dado que se financia de la asignación del 0,45 del valor CIF de las importaciones (ley 25641 y modificatorias) y la aplicación del 31,3 del producto de la tasa de estadística creada por ley 23.664, la realidad parece ser otra.
“Visualizamos –señala un comunicado de prensa emitido por el gremio de trabajadores del INTA- un claro objetivo de desfinanciar al organismo de ciencia y tecnología con más de 60 años de presencia territorial en todo el país. Desde el comienzo de la gestión de Macri, el INTA viene sufriendo recortes en sus partidas presupuestarias y el ajuste de su planta de personal. Para el presente año el Congreso Nacional aprobó para la institución una asignación de $ 7531 millones más un refuerzo de $ 400 millones para gastos operativos (art. 16 del Presupuesto Nacional). El Poder Ejecutivo, haciendo caso omiso a lo resuelto por el Congreso Nacional, asignó para el primer trimestre del año $ 93 millones para gastos operativos cuando debería haber asignado 213 millones. Esto significa que hubo una sustracción arbitraria por parte del gobierno de 120 millones de pesos en los primeros tres meses del año”.
A este ajuste presupuestario debe sumarse que desde 2015 a la fecha la planta de trabajadores y trabajadoras del INTA se redujo en 850 personas en todo el país, dificultando la prosecución de trabajos de investigación y extensión y llevando a desmembrar equipos de trabajo que demandaron años de esfuerzo para su consolidación.
Según el mismo comunicado, el Consejo Directivo liderado por Juan Balbín -presidente- y Mariano Bosch -vice-, tomó la decisión de avanzar con un nuevo ajuste sobre el INTA. Ahora solicitan una reducción del 20% de las estructuras de la Dirección Nacional; Centros Regionales y de Investigación, Estaciones Experimentales e Institutos y la eliminación de 25 Agencias de Extensión que se encuentren ubicadas dentro de los predios de las Estaciones Experimentales.
Parálisis científica
“Se sabe, que por intereses netamente políticos, intentarán cerrar 3 de los 5 Institutos de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Agricultura Familiar (IPAF). Por otro lado, en los últimos años no se convocó a Paritarias Sectoriales, lo que llevó a replicar los aumentos salariales de la Administración Central. Esto produjo un deterioro del poder adquisitivo de los salarios de más del 22% frente al índice de inflación publicado por el INDEC, siendo una consecuencia dramática de esta situación el creciente número de trabajadores que sufren embargos sobre sus sueldos debido a la imposibilidad de hacer frente al pago de créditos tomados para hacer frente a necesidades básicas”, indica el comunicado del INTA.
Y concluye: “La suma del deterioro salarial con la falta de expectativas de poder continuar con las actividades de investigación y desarrollo tecnología, plantea la posibilidad de que muchos profesionales cuya formación demandó un esfuerzo económico considerable para la sociedad, inicien un proceso de abandono de la institución y del país como ya sucediera en los años 70 y 90. Todo este contexto está llevando al INTA a un estado de parálisis. Situación que no es exclusiva, sino que se produce en forma conjunta con otros organismos como el CONICET, INTI, ARSAT, CONEA, CONAE, INVAP lo que afecta crecientemente la capacidad científica tecnológica del país, lo cual no es un gasto superfluo como parecen pensar algunos sino es una inversión absolutamente necesaria para su desarrollo productivo, económico, social afectando en forma directa la calidad de vida, la salud y el bienestar del conjunto de la población”.
Fuente: La autentica defensa