OPINIÓN
El 45% de la población del área metropolitana disminuyó la porción de comida
Por Centro de Estudios Metropolitanos*
El Centro de Estudios Metropolitanos presentó el primer informe del XI Monitor del Clima Social (MCS), realizado a fines de septiembre de 2019. El MCS se propone medir de manera periódica la situación social en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA); específicamente, percepción y experiencia de niveles de inseguridad social. Se realiza desde fines de 2016. Se basa en una investigación de opinión pública a partir de entrevistas telefónicas realizadas con sistema IVR a teléfonos fijos. En este caso son 1395 casos a teléfonos fijos y 610 casos a teléfonos celulares. La muestra se tomó entre el 16 y el 26 de septiembre de 2019. En este informe se analizaron las tres variables socio-económicas.
La crisis que comenzó en 2018, y que se agravó en 2019, tuvo un fuerte impacto en los bolsillos de la habitantes del AMBA; sobre todo en su mesa. La pérdida de poder adquisitivo de los salarios, más el aumento del desempleo, la precariedad laboral, la baja actividad productiva y comercial, complican gravemente la situación alimentaria de la mayoría de los habitantes de la región. En ese marco nos acercamos a una coyuntura electoral donde alrededor de un 60% de la población tiene fuertes inseguridades económicas: ingresos insuficientes, situación personal mala, miedo a perder el trabajo, pesimismo generalizado. Si se lo compara con la de octubre de 2017, entre un 10% y un 20% se encuentra peor.
“Todos los indicadores del Monitor cayeron en picada luego de la devaluación del 2018 y se mantienen en valores alarmantes. Al analizar los resultados territorialmente vemos que quienes disminuyeron sus porciones de comida llegan al 62% en el segundo cordón del Conurbano oeste y sur mientras que en la CABA o el Conurbano norte este valor es de la mitad. Cuándo preguntamos por existencia de hambre en el hogar en el segundo cordón las respuestas afirmativas son del 41% y en CABA o el Conurbano norte el 20%. Estos datos muestran que si bien la caída es general, las desigualdades profundizan la situación social en los sectores más pobres”, afirmó el director del Centro de Estudios Metropolitanos, Lic. Matías Barroetaveña.
En septiembre de 2019 el malestar social continúa muy elevado. Cerca de dos tercios de la población considera que está peor que un año atrás. Los indicadores demuestran que no hay repunte de expectativas. El malestar social lleva más de un año en esos valores.
La crisis golpea de manera desigual, más claramente entre los jóvenes, las clases medias bajas y bajas y el segundo cordón del Conurbano. En el oeste y el sur el malestar social, sobre todo lo vinculado a lo alimenticio duplica lo que ocurre en el norte y en CABA.
“Es imprescindible que el Estado fortalezca las políticas alimentarias y mejore los ingresos de quienes dependen de un ingreso mínimo, la AUH o de un plan social. Este clima social es el resultado del aumento del desempleo, la pobreza y la desigualdad como muestran todos los datos del Indec. Lamentablemente, se están profundizando luego de la última devaluación y del proceso de dolarización de la economía”, concluyó Barroetaveña.
Principales resultados
- Cerca de la mitad (45%) de los entrevistados afirma haber disminuido la porción de comida por problemas de ingresos. En el segundo cordón del Conurbano llega al 57%.
- Cerca de un tercio (31%) afirma haber tenido hambre por problemas de ingresos. En octubre de 2017 quienes contestaban afirmativamente eran el 18%. En el segundo cordón sur y oeste alcanza al 41% de los entrevistados.
- El miedo a perder el trabajo en el corto plazo alcanza el 41%. En octubre de 2017 (mejor resultado de la serie) era del 30%. En la clase media baja alcanza el 63%.
- El 47% de los entrevistados consideran que su situación laboral es peor que hace un año atrás. Se observa una pequeña mejoría en relación a las mediciones anteriores, aunque dentro del margen de error. En la clase media baja alcanza el 57%.
- Seis de cada diez entrevistados (60%) sostiene que no le alcanza su salario. Se mantiene dentro de los peores indicadores de la serie. En la clase baja alcanza el 70%.
- El 50% de los entrevistados entre 16 y 44 años afirma que él mismo o alguien que habita en su hogar perdió el trabajo en el último año. En la clase baja dos de cada tres afirman lo mismo.
- Dos de cada tres jóvenes afirma que alguien que vive en su hogar tuvo que salir a buscar trabajo por problemas de ingresos. Sólo el 30% lo consiguió y lo mantuvo.
- Siete de cada diez (67%) sostiene que la situación económica del país es mala o muy mala. El 44% de los jóvenes afirma que la situación es muy mala. En octubre de 2017 el pesimismo era del 37%, una diferencia de treinta puntos porcentuales.
- El optimismo personal es muy bajo. Apenas el 15% afirma estar mejor o mucho mejor económicamente. Indicador que se mantiene en esos porcentajes desde septiembre de 2018. En la clase baja o media baja el optimismo es del 10%.
(*) CEM es un centro interuniversitario resultado de un acuerdo entre la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo, la Universidad Nacional Arturo Jauretche y la Universidad Nacional de Hurlingham. Su objetivo es analizar el desarrollo metropolitano con una fuerte impronta interdisciplinaria. Articula con distintos institutos, núcleos, departamentos, docentes e investigadores de las universidades que lo conforman.
Enlace al informe completo