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El avistaje de aves, un imán en el Delta: encuentran nuevas especies

El avistaje de aves, un imán en el Delta: encuentran nuevas especies

Crece un circuito exclusivo de excursiones y reservas naturales para observarlas. Aparecieron dos tipos de colibríes nunca vistos en las islas.

El Delta tiene miles de pequeños residentes que pasan inadvertidos para los visitantes: las aves. Pero esa interacción casi nula empieza a cambiar. De hecho, la diversidad de aves empezó a ser un imán turístico.

Es tan así que en las islas de Tigre y San Fernando desembarcan guías que traen grupos de personas con el único fin de observarlas; hoteles y cabañas hospedan aficionados del avistaje y les arman paseos a medida; se organizan salidas en canoas con el mismo fin; y el Municipio de Tigre prepara una excursión pensada para ver aves.

La movida empezó a ser un nuevo “producto” turístico y también motivo de orgullo para los vecinos, que hasta fundaron un club temático. Y especialistas del rubro aventuran que se trata de una actividad que tiene mucho potencial para seguir generando sorpresas: encuentran especies que aparecieron por primera vez en esta región insular.

En el Delta de Tigre y San Fernando hay unas 300 especies de aves, entre las que nidifican y las que llegan del Norte durante la primavera y el verano. Esa variedad representa el 30 % de la diversidad que hay en el país, que son 1.047 especies, según registros de la asociación Aves Argentinas.

Ese es el motivo principal que despertó el interés. Desde el año pasado, la actividad dio un salto sobre todo porque empezó a crecer la oferta de salidas y hospedajes pensados para el avistaje de aves.

Ahora, pleno verano, la movida está en auge: es la mejor época, dado que las aves están en su período reproductivo, entonces cantan y se exhiben.

En la Subsecretaría de Turismo de Tigre indicaron que la observación de aves “está en constante crecimiento” y que apuestan a difundirla “como una alternativa sustentable a las actividades tradicionales”.

Una de las prácticas más solicitadas es recorrer con guías las reservas naturales privadas, como Delta Terra, en la Primera Sección de Islas, o Che Roga, con 100 hectáreas en la Segunda Sección y 19 en la Tercera.

“Contamos con senderos y cartelería. En una salida, de 6.30 a 11, vemos 60 especies, como el águila negra, chiví común y benteveo rayado. Llegan en grupos y pasan al menos una noche en el hospedaje”, contó Pablo Rodríguez, guardaparque y dueño de Che Roga, reserva que creó junto con Rafael Franco y Martín Carrevedo.

Otra alternativa es combinar remo y avistaje. Carlos Escudero, dueño de La Flota Rabaska, organiza salidas desde el Buenos Aires Rowing Club, en Tigre Centro, hasta Delta Terra. “Salimos con un guía. Hacemos varias paradas para observar. Una de las especies que buscan los turistas es la pava de monte”, ejemplificó Escudero.

Por ahora, la mayoría de los visitantes que llega con la idea de ver aves son porteños, vecinos de zona Norte y el resto del Conurbano, o del interior.

Es que el avistaje empezó a ser una actividad cada vez más practicada en el país. Según Aves Argentinas, son 30 mil las personas que realizan salidas con regularidad.

​“El Delta es un gran espacio agreste a minutos de Capital. Eso y el contacto con el río, lo hacen un área ideal para observar aves”, subrayó Francisco González Táboas, vocero de Aves Argentinas.

Para acompañar el fenómeno, Tigre junto con Aves Argentinas lanzará en marzo salidas guiadas para recorrer en lancha la Primera Sección.

“Comenzaremos al atardecer, pasaremos una noche en el Delta y a la mañana siguiente haremos la segunda parte del recorrido”, adelantó Castro y contó que visitarán zonas de albardón, pajonal y centro, para poder ver la mayor diversidad de aves, que ya se convirtieron en un nuevo imán del Delta.

Las especies recién encontradas

La hostería Los Pecanes, de la Segunda Sección de Islas (San Fernando), registró en el verano de 2017 un ave que aseguran no se había visto nunca en el país: un colibrí verde esmeralda.

Esta especie es propia de otros países de Sudamérica, como Perú y Bolivia. Una de sus particularidades es que sus ojos son iridiscentes.

“Nos hicimos famosos. Muchos turistas tienen la expectativa de poder encontrarlos este verano y nosotros, de que nos visiten más especies raras”, expresa el dueño de la hostería, Matías Ferroni.

En el verano de 2016, ocurrió en el mismo lugar el registro de otro pájaro “raro”: el colibrí de nuca blanca, propio de Centroamérica.

En la reserva de esta hostería los picaflores son la estrella: “Cada vez aparecen más. Solemos dejarles néctar casero, eso los atrae mucho”, indica Ferroni.

Todos las quieren ver

Al llegar al Delta de Tigre y San Fernando, los aficionados a esta actividad esperan encontrarse con las aves que todavía no lograron marcar con una cruz en sus guías.

La pava de monte es una de ellas. Se trata de una especie que estuvo en peligro de extinción por la caza indiscriminada y el avance demográfico que hubo en las islas hasta mediados del siglo XX pero que en las últimas décadas, cuando bajó la densidad poblacional, se recuperó.

“Se la encuentra más en la Segunda y Tercera Sección”, marca Pablo Rodríguez, de la reserva Che Roga. Y agrega: “Actualmente en algunas casas y hosterías se la deja en paz, de esta manera se la puede apreciar tranquila en los jardines y alrededores de viviendas isleñas”.

Otras especies características que suelen hallarse son el frutero azul, pajonalera pico curvo, pijuí frente gris y plomizo, y ticotico común.

Además, durante todo el año se ve el colibrí de garganta blanca y durante el verano, los colibríes verde común y bronceado.

Un club para aficionados

Hace casi un año se formó el Club de Observadores de Aves Tigre/Delta, que nuclea principalmente a aficionados y socios de Aves Argentinas.

“Muchos de los integrantes somos guías. Organizamos salidas los segundos sábados de cada mes. Se forman grupos y la convocatoria es por Facebook”, contó Sebastián Arena, uno de los miembros.

A la actividad se suman vecinos de Tigre y de otros partidos del Norte del Conurbano. También del Oeste y de Capital. “Las salidas son por el centro de Tigre, o en el Delta de Tigre o San Fernando -explica-. La idea es hacer caminatas interpretativas, reconocer los ambientes que habitan las aves y, claro, observarlas”.

Fuente: Agustina Heb para Clarín | Foto: Matías Ferroni


  1. Ruth
    Ruth 29 septiembre, 2018, 16:48

    Quiero hacer la excursión Amo la naturaleza.!!!

    Reply this comment

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