ENTREVISTAS
¿Quién es el sanfernandino que nos representa en el Sudamericano de natación?

Por Sabrina García
Artur Augusto Lima vive en San Fernando, tiene 18 años, es nadador e integrante de la Selección Argentina de Natación. Es uno de nuestros representantes en el próximo Sudamericano de natación que se celebrará del 22 al 29 de septiembre en Brasil.
Artur, quien integra la selección argentina desde los 12 años (fines de 2019), compite en la categoría juvenil (16-18 años). Su entrenador, Juan Martín Pereira (hermano de la reconocida nadadora Pilar Pereira), lo prepara con una exigente rutina de ocho turnos semanales de natación, incluyendo jornadas dobles, complementadas con una hora y media de gimnasio. Se reconoce exigente consigo mismo. En la Copa Pacífico, donde ganó todas las carreras de 200 metros libres, se frustró porque no mejoró sus propios tiempos.
Nació en Fortaleza, Brasil pero destaca que nunca va a dejar nadar para Argentina porque “aprender a nadar aprendés en cualquier lado, pero el nadador lo creó Argentina”.
Sus padres, ambos abogados, iniciaron su carrera de medicina en la UBA y eso los llevó a mudarse a Argentina. De hecho él también comenzó a estudiar medicina. “Nací en Brasil, viví ahí hasta los ocho y desde hace 10 en Argentina. Primero vivimos en Capital pero con mis hermanos hicimos natación entonces mis viejos dijeron: “Tenemos que elegir un colegio y un club, para poder nadar”. Nosotros no sabíamos hablar español ni inglés, entonces fue difícil encontrar un colegio para mí. Primero fuimos a Tigre y después, por el entrenamiento, nos mudamos a San Fernando porque el doble turno nos mataba. Antes nos despertábamos 40 minutos antes, ahora 20”.
Artur destaca el esfuerzo del atleta. “Mis viejos nos ayudan en todo, saben del esfuerzo del atleta. ‘¿Te llevo a ese lugar? Te llevo’, ‘¿Querés que te despiertas a tal hora así podés dormir 10 minutos más? Te despierto’. Siempre nos ayudaron.
Del 24 al 29 de septiembre será uno de los argentinos que nos representará en el Sudamericano de natación. En el 2021 quedó segundo, ahora busca superarse. El año pasado compitió en Bolivia por la Copa Pacífico. “Estaba medio cansado de nadar. Fue una etapa medio boba. Por suerte ya la pasé”, dice sobre su desempeño pese a haber ganado todas las carreras de los 200 libres y los 100 libres.
-Ah, entonces te fue bien
-Claro, sí, pero no hice mis mejores tiempos, dice y reconoce que es muy exigente. “Juan Martín Pereira, mi entrenador, me dice que eso es mi fortaleza y debilidad, al mismo tiempo. Me encanta ganar, odio perder. Quiero superarme, quiero ser el mejor yo, porque si no gano siendo el mejor me pone mal”.
Explica que es “medio fondo”. “Fondo es carreras largas, velocistas carreras cortas. Yo no tengo la velocidad para ganar 50 y 100 y no tengo el fondo para ganar 800 y 1500 porque no me da la resistencia para eso. Me queda perfecto el medio: 200 me viene excelente y el 400 ha sido mi mejor carrera por mucho tiempo”.
-¿Cómo es tu rutina?
-Juan Martín, integró la selección, tiene tres juegos olímpicos. Confío plenamente en él, en las rutinas que prepara, en los trabajos que él hace. Hace dos meses venimos haciendo ocho turnos por semana. Algunos días son a mañana y a la tarde. A las 5 a.m. al agua. A eso se le suma el gimnasio.
La natación está muy avanzada. A mí me sorprende poder llevar el cuerpo a un límite. Aparte del talento, la comida, la cabeza, el gimnasio. Yo tardo bastante en el gimnasio porque hay movimientos que lo tenés que hacer bien, sí o sí. Por ejemplo, en sentadillas, el tiempo que te tomás para subir es el tiempo de reacción de pegar la vuelta y empujarte rápido, o sea, bajás lento, acumulás toda esa fuerza, todo ese peso ahí abajo para poder tener el impulso y poder empujarte rápido.
Cuando era chico eso no lo entendía. Cada drill (progresión de entrenamiento diseñada para que el nadador se concentre en los componentes individuales de un movimiento complejo, como el agarre, el barrido subacuático o la coordinación de las patadas) que te permite mejorar tu técnica, cuando lo entendes te cambia en el agua. Me acuerdo que después del Sudamericano del 2021, Juan me mostraba videos de un chico que me ganaba y me decía: “Mirá cómo hace la brazada, cómo se estira para adelante, mira cómo ataca”. Yo no entendía. Ahora cada vez que lo hago, sé por qué lo hago. Tengo que tirarme para adelante, porque tiro la abrazada y no solo agarro el agua y me empujo, me revoleo el cuerpo para adelante, me estiro y en eso ganas milésima de segundo.
-¿Cómo es el entrenamiento previo al Sudamericano?
-Se llama puesta a punto, entrenamos de manera pesada, con carga, nos cansamos, estamos pesados, nadando lentos y después para ir a un torneo importante hacemos una descarga de metros. Y todo ese trabajo y esa resistencia que ganaste se refiere a más velocidad.
-¿Con peso me decís literal con peso?
-Sí, con ropa, zapatillas porque no puedes patear, no tienes la sensibilidad de los pies. También nadamos con paracaídas. Eso lo hacemos tres veces por semana y dos semanitas antes de competir lo dejamos de usar para solo hacer porque claro, ya creaste la resistencia, no la vas a perder ahora si nadando.
Para nadar nosotros nos afeitamos porque el pelo absorbe agua, perdés hidrodinámica. Un día antes de competir, para mí es la mejor ocasión porque sentis que flotás, que cortás el agua como un cuchillo. Es hermoso.
Nadamos ocho turnos, yo nueve. De domingo a domingo porque no quiero perder ni un día. Dormir temprano, comer bien, domingo a domingo, hacer gimnasio. Hacer todo perfecto porque si no logro ganar quiero saber qué hice todo lo posible. El desafío siempre son los nadadores de Brasil.
Realmente nada le gana al esfuerzo. Alguien una vez me dijo: “Vos ahora estás descansando y hay un chino que está entrenando”. Entonces tengo que hacerlo, tengo que intentarlo. Si no me sale, me pongo mal. Hubo una carrera que llegué y no estaba cansado y me dije: “la cagué, no estoy cansado” porque tenés que llegar fundido, con los brazos vaporizados.
Mis brazos sufren los últimos 50, pero mis piernas están sufriendo desde el primer metro de 10 metros. Le doy mucha importancia a la técnica porque al fin y al cabo llega un punto que tu cuerpo llega a un límite y no puede crecer más, no puede ser más rápido. Entra la técnica.