ENTREVISTAS
Santiago Coronel: “Quiero que mi papá se sienta orgulloso de cómo juego”

Por Sabrina García
Santiago Coronel tiene apenas 14 años pero su altura es casi la de Manu Ginobili. Sueña con jugar en las grandes ligas. Llegó al básquet mirando partidos de la NBA. Se enamoró del deporte, comenzó a entrenar en el Poli 6 y ahora juega federado en el Club Victoria. “Tiene todas las condiciones físicas de ser un jugador profesional”, sostiene su entrenador Tomás Secchiari.
Santiago entrena junto a sus compañeros en el Club Victoria. La altura lo delata. Aquel joven de 14 años tiene la estatura de los jugadores de básquet que practican el deporte en forma profesional. Le avisan que lo buscan para hacerle una nota. Se acerca tímidamente, es la primera vez que está frente a un micrófono y eso lo avergüenza.
Empezó jugando al fútbol en el barrio San Martín. “Yo nunca había jugado, me emocionaba demasiado con jugar y dejaba de lado el estudio”, recuerda Santiago y muestra su sonrisa perfecta. Vive en Virreyes Oeste, iba a la escuela N°5 pero lo tuvieron que cambiar porque es la que fue incendiada en el 2013 y que todavía tiene la obra paralizada. “Me cambiaron a la N°10 que está a dos cuadras de la Estación de Virreyes y no pude seguir en fútbol porque no me iba bien con los estudios”.
Pasó cinco años sin hacer nada hasta que una vez miró en la tele unos partidos de la NBA. “Le pedí a mi mamá que me anote en el Poli 6. De básquet no sabía nada pero vi unos partidos, me empezaron a gustar algunos equipos y quise probar”, resume Santiago.
En 2017 participó de los Juegos Bonaerenses y durante unos torneos municipales de básquet lo descubrieron. “Hace dos años jugué un torneo en el Poli 1. Un profesor que lo conocía a Tomi (Secchiari, su actual entrenador) lo llamó para que me venga a ver. Yo no estaba ni enterado. Cuando terminó el partido, se me acercó, me contó lo que hacia en el Club Victoria y me dijo si quería probar. Vine, me gustó y seguí. Este año estoy federado y jugando para el club”, detalla Santiago.
Tomás Secchiari es el coordinador de básquet del Club Social y de Fomento Victoria y entrenador de la primera división y de la Sub 15: “Lo vi en un encuentro de escuelas municipales de basquet. Tiene el físico de un jugador profesional”, explica.
Santiago cuenta orgulloso: “De un torneo llegué acá” y reconoce que su sueño es “llegar a un club más grande y jugar en otra liga mayor. Me gustaría darme cuenta que hice un gran esfuerzo. Estoy orgulloso de que lo estoy logrando”.
La Federación de Básquetbol de la Capital Federal (FeBAMBA) selecciona los jugadores con mejores condiciones físicas y los envía a los centros de perfeccionamiento que posee la Confederación Argentina de Básquetbol (CABB) para mejorarlos deportivamente. Santiago fue uno de esos jugadores y actualmente es tenido en cuenta por la CABB.
“Carlos Ballester de FeBAMBA detecta a los chicos con talento y se los cita para entrenar. En selección nacional se busca ese tipo de cuerpo, esa altura”, explica Secchiari y agregó: “A Santi le explicamos que tiene que entrenarse más para poder llegar”.
Por eso, el joven de 14 años, que cuenta con 1,92 centímetros entrena todos los días. Lunes, miércoles y viernes lo hace en el club con el equipo de sub 15; martes y jueves realiza entrenamiento personalizado (fundamentos y tiro). Pero además sigue entrenado en el Poli N°6 “Los martes y jueves, después del Club, me voy al Poli. Acá aprendí un montón, en el Poli jugué dos años y aprendí pero acá entendí los movimientos que tenia que hacer. Ahora voy al Poli a entrenar y además les cuento a mis amigos lo que aprendo, les explico para que ellos también lo puedan hacer”.
Santiago juega de pivot, abajo del aro. “Me viene muy bien por la altura, al principio agarraba la pelota y tiraba al aro. Me costó aprender los movimientos”. Juega en la Sub 15 y a veces, “si no completan”, lo llaman también para jugar en la categoría Flex.
-Entrenás todos los días, ¿cómo estás en el colegio?
-El año pasado estuve muy vago pero ahora me puse las pilas y estoy mucho mejor.
Sus padres le pusieron como condición que no baje el rendimiento educativo para poder seguir haciendo básquet. “Llego del cole, almuerzo y hago toda la tarea, después ayudo a ordenar en casa, duermo un poco y vengo para acá”, Santiago detalla su jornada. Mientras cuenta cómo son sus días, recuerda: “Tuvimos algunos problemas con la casa y aparte de venir a entrenar lo ayudé a mi papá con el trabajo de la casa. Mi papá es pintor. Pintamos la casa y le cambiamos el techo”.
Santiago tiene seis hermanos. Él es el quinto hijo de la familia. Su padre es pintor, su madre trabaja en un comedor del barrio Villa Jardín. Una hermana estudia pastelería en un sindicato en San Isidro, la otra trabaja en el hipermercado Carrefour, uno de sus hermanos es peluquero y el otro reparte leche. Para poder entrenar ese día el joven de 14 años lleva puesta un par de zapatillas que le prestó un amigo. “En el Club me dieron unas zapatillas pero de tanto usarlas ya se me despegó la suela”. El calzado que usa es especial para básquet. Calza 46 y su entrenador tiene como preocupación conseguir otro par de zapatillas para que pueda jugar.
-¿Qué es lo que más te motiva de hacer básquet?
-Quiero que mi papá se sienta orgulloso de cómo juego (dice y se emociona).
Secchiari reconoce en el jugador de Virreyes las condiciones para poder desarrollarse profesionalmente: “Dependerá mucho del entrenamiento, la alimentación. En el CABB llegan pibes de clubes grandes como River, Boca. En este caso es un jugador de un Club chico que salió de un Poli”.
Ojalá Santiago pueda seguir creciendo y alcanzar su sueño de jugar en una liga grande, y que su padre sienta orgullo al verlo jugar. Mientras tanto cada día se esfuerza por estudiar, entrenar y ayudar a su familia. Ejemplo de esfuerzo y superación.
Buenas tardes. Quisiera saber si tienen algún contacto de Santiago Coronel. Quiero hablar con él para una posible nota en un programa de radio. Muchas gracias! Saludos!